En el encontramos la pasión mediterránea suavizada por los vientos procedentes del majestuoso y cercano montseny, de 1.712 metros de altitud. El sabio ensamblaje de variedades aporta el cuerpo y la tipicidad de la Pansa blanca, clásica en la denominación, con el aroma y elegancia propios del Sauvignon blanc. Color pajizo brillante. Aroma elegante, expresivo: fruta madura, cítricos y notas tropicales. En boca se muestra graso, fresco, complejo y persistente.