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• LA FUNDACIÓN PARA LA CULTURA DEL VINO CELEBRÓ SU V ENCUENTRO ENOLÓGICO
  
  
  
  
  
  LA FUNDACIÓN PARA LA CULTURA DEL VINO CELEBRÓ SU V ENCUENTRO ENOLÓGICO
  
  
  Cómo influye el control del viñedo en los vinos de calidad fue el tema que el pasado jueves, día 8 de mayo, se debatió durante el V Encuentro Enológico que organizó la Fundación para la Cultura del Vino en Madrid.
  
  Durante toda la jornada, expertos en la materia expusieron los aspectos más representativos que participan en el cultivo de la vid y cómo la excelencia de la uva es un factor determinante para obtener vinos de calidad. Además, en esta ocasión, antes del almuerzo tuvo lugar un taller de análisis olfativo a cargo de Alexandre Schmitt, experto y referente mundial en el campo de la olfacción quien ofreció una clase magistral a todos los asistentes de cómo adquirir una cultura precisa de los aromas del vino.
  
  Así, tras la bienvenida y presentación del Encuentro a cargo de Guillermo de Aranzabal, presidente de la Fundación, comenzó la exposición de José Ramón Lissarrague, profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Madrid. Lissarrague explicó la importancia de controlar el riego en los vinos de calidad concluyendo que con el riego se debe maximizar la calidad y aumentar el rendimiento de la cosecha siempre que este aumento no vaya en detrimento de la calidad. Es importante realizar una aportación adicional de agua mediante el riego si la planta manifiesta síntomas de déficit hídrico ya que si se hace antes, se favorece un crecimiento vegetativo excesivo que implicará mayores necesidades hídricas, lo cual puede influir en el desarrollo y maduración de los racimos. El riego debe iniciarse cuando el crecimiento vegetativo se haya ralentizado o detenido. El hecho de mantener un ligero déficit en la fase de multiplicación celular en la baya dará lugar a bayas de menor tamaño, mejorando de esta manera, la relación hollejo/pulpa, interesante para vinificaciones de calidad.
  
  Le siguió Stefano Poni, profesor de la Universidad Católica Sacro Cuore Piacenza (Italia). En su exposición sobre la influencia de la gestión de la vegetación en la calidad de la uva, argumentó que hay tres puntos importantes a resaltar para mejorar la composición de la uva y del vino. Por una parte, además de asumir que las cepas con una carga baja de racimos garantizan una uva y un vino de calidad, hay que tener en cuenta el crecimiento vegetativo y el grado de vigor. También tendrán que investigarse nuevas estrategias de gestión de follaje como respuesta al cambio climático que se prevé para el año 2100.
  
  El profesor italiano insistió en la importancia de la mecanización de la poda de invierno y en la de verano, que cada vez adquirirá más importancia. Habrá que entender si el comportamiento fisiológico de las vides tratadas mecánicamente interactúa con la calidad de la uva. En este sentido, Poni afirmó que los resultados obtenidos recientemente con un deshojado temprano, son un excelente ejemplo de control mejorado de la carga y de la calidad.
  
  
  
  
  
  La siguiente ponencia corrió a cargo de Claude Bourguignon y Lydia Gabucci, dirigentes del Laboratorio de Análisis Microbiológico del Suelo (L.A.M.S) de Borgoña, expusieron sus estudios sobre la extrema importancia del suelo vitícola en la calidad y tipicidad del vino teniendo en cuenta las características físicas, químicas y biológicas.
  
  Físicas ya que existe una relación lineal entre la superficie específica de una arcilla y su capacidad de intercambio de cationes. Química debido a que los suelos ricos en caliza bacteriana contienen muy poco hierro férrico libre, un elemento necesario para la síntesis de los antocianos y biológicas ya que, cuanto más profunda es la raíz, más lejos está de los abonos, más extrae los elementos nutritivos del terruño, garantizando una alimentación hídrica regular. Se trata de un factor en el que también interviene la fauna, por lo que integrando y aplicando los nuevos conocimientos en biología de los suelos es como podemos mejorar nuestra comprensión de los terruños y desarrollar prácticas vitícolas capaces de respetarlos. Según argumentan los investigadores franceses, “menos química y más vida en nuestros suelos vitícolas” deberá ser el lema del viticultor del futuro.
  
  Antes del almuerzo, Fernando Zamora, decano de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona, habló sobre los nuevos métodos para la determinación de la madurez fenólica concluyendo que, de las metodologías estudiadas, el método Glories, laborioso y de difícil aplicación en la bodega, es el que mejor coeficiente de correlación obtiene en la predicción de la concentración de antocianos del vino. Otro de los métodos, el ITV, en opinión del Zamora, no es adecuado ya que origina un coeficiente de correlación muy bajo y, por tanto, es atrevido predecir la intensidad del color de los futuros vinos. Por último, el método Cromoenos, presenta un razonable coeficiente de correlación entre el color predicho y el que se obtiene de los vinos, siendo además de muy rápida aplicación.
  
  La última ponencia de la jornada estuvo a cargo de Fernando Martínez de Toda, catedrático de la Universidad de La Rioja, que en su exposición sobre la estimación y control de calidad de la uva en el viñedo, afirmó que los viñedos capaces de producir uva de la más alta calidad han de cumplir dos condiciones: Por un lado, tener una relación SFE/P (Superficie Folial Expuesta/ Peso de la uva) igual o mayor de 1,3 m2/kg en los tipos de conducción con vegetación libre, como el vaso, y de 1,5 m2/kg en los de vegetación dirigida, como la espaldera clásica; y por otro lado, la longitud del sarmiento ha de estar entre 90 y 140 cm. Sólo así se conseguirá un viñedo con las condiciones objetivas para la producción de uva de la más alta calidad.
  
  La jornada finalizó con una mesa redonda, moderada por José Hidalgo, asesor en viticultura y enología en la que participaron todos los ponentes, poniendo fin al V Encuentro Enológico que, una vez más, ha demostrado ser un éxito.
  
  Acerca de la Fundación para la Cultura del Vino: organismo de difusión cultural que tiene como objetivo hacer mayor el conocimiento sobre el consumo y la elaboración del vino de calidad. Inicia su actividad en el año 2000 gracias a la participación, apoyo, iniciativa, interés y soporte de sus seis patronos: el Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación, Bodegas Julián Chivite, Bodegas Codorníu, Bodegas La Rioja Alta, Bodegas Vega Sicilia y Vinos de los Herederos del Marqués de Riscal.